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Existe una especie de picaflor , Tiringa, así la llaman en algunas partes en la zona rural de esta comuna, que según algunas clasificaciones estaría dentro de los “Stephanoides stephanoides”, Rafael Housse en su libro de “Las Aves de Chile”, la ha definido como: un Pájaro de aspecto de Corona o coronado, que habita en las colinas del litoral, en las cercanías de más de alguna quebrada de este cordón montañoso, así habita esta volátil, pequeña y diestra.
Según algunos estudios su nido, lo hacen a principios de agosto, hasta diciembre y se encuentran en los cerros, donde construyen su hábitat en arbusto y zarzas o en los vergeles, sobre la extremidad de las ramas horizontales, los más confiados nidifican en las enredaderas que rodean abiertas galerías de las casas, y aun en las plantas ornamentales que dentro de tiestos suspendidos cuelgan en los corredores. Hay nidos de puro musgo, envueltos en telarañas, los hay de Lana compacta, que solidifican, briznas de musgo en las paredes, algunos son de heno, menudo y comprimido, tapizado interiormente con vellón de plantas y sedas de cardos, y brizna de lana. Siempre están enlazados a una horquilla de ramas, precaución instintiva del colibrí para que la frágil y minúscula cunita no caiga a las sacudidas del viento. La fabrican entre 1.20m y 2.40 m de altura; tiene en total 5 centímetros de ancho por 35 milímetros de alto.
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Sus huevos son como perlas, de un blanco sin lustre, elíptico u ovales de 14 *9 milímetros. Incuba la hembra doce días, y con tanto afán que puede uno acercarse, y aun acariciarla, sin que se mueva. durante la incubación, el macho revolotea y visita las flores, sus polluelos nacen desnudos y ciegos; sus padres los nutren y cuidan con suma ternura, brindándoles con la lengua néctar y mosquitos. No salen sino a los 18 días, y siguen luego a sus genitores en sus revoloteos por las flores.
Su alimentación consiste en néctar y en los insectos pegados al cáliz de las flores y aun a las hojas; su lengua tubular y glutinosa, extensiva hasta cuatro centímetros, la hunde dentro de los pétalos, y la remueve, recogiendo así los mosquitos y la miel. Se les ha visto también llevándose moscas presas en telarañas. De más esta decir que hay ocasiones en que han extraído el polen de las flores que adornan la mesa donde se escabullen por los lugares más estrechos.
Gustan mucho de las flores de los eucaliptos, y parecen preferir las flores rojas, tal ves por que atraen más a los insectos, Sin embargo, para alimentarse casi nunca se detienen sobre las flores, sino que se mantienen por delante como suspendidos en el aire, mediante el rapidísimo batir de las alas. Pasan de una a otra como flechas, y dando su gritito característico, su vuelo es siempre veloz, quebrado y al parecer caprichoso.
1 comentario:
te felicito por la fotografia ¡¡¡
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