
El nombre de la localidad de las salinas proviene de haberse creado en este lugar, en forma colindante al estero de Campiche, una productora de sal de costa y para lo cual se ha utilizado las mismas técnicas de épocas prehispánicas desde su creación, a fines del siglo 19, estas salinas han pertenecido, primero , a la Familia Aldunate, a don Pedro Aldunate solar, casado con doña Agustina Ugarte Ovalle, más tarde, por un corto periodo, a las hermanas vera Romero, conocidas nacionalmente por un asalto sufrido en santiago en la década del 50, a partir de 1954, pertenecen nuevamente a los Aldunate Ugarte, y en la actualidad, a don José Aldunate Jaras.

En cuanto al proceso en si, se inicia con la llegada del agua proveniente del mar: se estanca en cuarteles, que asemejan piscinas poco profundas de aproximadamente 200 metros cuadrados. Al evaporarse esta agua por los efectos de los rayos solares, queda convertida en albos cristales de gruesa capa de sal, que luego de decantar, es barrida y amontonada en cerritos, Con posterioridad se retira para ser refinada en diferentes mercados, quedando fuera del plano de lo comestible, quedando en el plano de lo que se refiere a curtiembre y talabartería.. El proceso dura entre tres y cuatro meses, que se inicia en el mes de octubre, culminando en enero o febrero del año siguiente.

Esta iniciativa es similar a otra que existe de larga data en Cahuil, poblado ubicado a corta distancia del balneario de Pichilemu, en la zona de Colchagua, donde existe una laguna del mismo nombre, formada por el estero Nilanhue, el proceso se inicia cuando las altas mareas vuelven salobres las aguas de la laguna de Cahuil, al bajar las mareas, el agua atrapada en los cuarteles y se inicia el proceso.

Hasta que ocurrió el terremoto del 16 de agosto de 1906 estas salinas se abastecerían de agua marina, igual que en Cahuil, es decir cuando se producían las altas mareas, llevaban el agua por el mismo cauce del estero de Campiche, hasta los cuarteles, sin embargo, como consecuencia del sismo mencionado, la tierra del sector tomo mayor altura, impidiendo que el agua llegara al lugar , lo que obligó a sus propietarios, buscar una alternativa de solución para que las salinas continuaran funcionando, instalándose bombas a vapor, ahora eléctricas, para impulsar el agua.
En cuanto a la comercialización del producto, originalmente se contaba con un ferrocarril “de Sangre” (de tracción equina) cuyos rieles seguían el mismo trayecto de la calle principal del sector existiendo un embarcadero a un costado de la caleta. Desde este punto se llevaba la sal para ser enviada en lanchones hasta Valparaíso.

Con posterioridad, y por razones de costo, fue eliminada esta vía férrea y el transporte hasta quintero, vía Loncura- se hizo en tropas de mulas, Hoy día para el transporte de sal marina, que se cosecha en las salinas, se utilizan modernos camiones, pero las salinas siguen funcionando con los métodos artesanales de antaño.
Gentileza
Guillermo Herrera Figueroa
Concejal Comuna de Puchuncaví
1 comentario:
Las Salinas originalmente fueron creadas por el "patriarca y oráculo de estas localidades, don Matias Valencia, el mas antiguo y el mas acaudalado de los pobladores de Puchuncaví" según describe Benjamín Vicuña Mackenna en su libro Quintero: su Estado Actual y Porvenir pag. 93 del año 1874.
El Sr. Valencia, fue quien vendió a don Pedro Aldunate solar dichas propiedades.
Por lo tanto el primer dueño de la "productora de sal de la costa" fue don Matias, no la familia Aldunate.
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