
Allende los Los Altos del Pucalan en el Mitimae de Puchuncavi , la vida seguía su curso los artesanos continuaban haciendo sus vasijas con ese barniz amarillo, con figuras rectangulares y verticales separadas por ligeras líneas, esperando la celebración del Punchau o bien el Cahuin que venia con El y que no era otra cosa que la fiesta del Inti Raimi , que después se vino a llamar Corpus Christie .
Pasaba la mujer el invierno plantando sus Ajíes o Choclos para preservar la alimentación de sus retoños, donde en el solticio de Invierno, cercanos al año nuevo Mapuche se rendía tributo al Sol, para pedir a la Pachamama por la fertilidad de ella y del pueblo, se ofrecían bailes con intenciones evocativas y así comunicarse con seres míticos como el Ave Mitad Culebra, donde cada salto y caída de la danza que ejecutaban tendría un significado particular. Es así como sonaron las antaras en este lado de América, remplazadas después por las flautas de Chinos con una estética sonora muy particular, acompañado los ceremoniales religiosos con sonidos evocativos, y pidiendo por todas aquellos fenómenos naturales que el habitante guardaba respeto. Dando al valle de Atepudo , bienestar y prosperidad.
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